miércoles, 2 de marzo de 2016

¿PORQUÉ ALGUNAS PERSONAS REALIZAN LO QUE SE PROPONEN Y OTRAS NO?

CÓMO SURGE LA FUERZA DE VOLUNTAD




La fuerza de voluntad es determinante en el cambio, progreso y transformación del ser humano, en consulta es determinante en cuanto a la recuperación de un paciente; sin embargo, no todos manejamos el mismo nivel de voluntad e incluso para algunas personas la falta de fuerza de voluntad es su talón de Aquiles, es por ello que el día de hoy quiero hablarles de cómo es que formamos y fortalecemos eso que llamamos fuerza de voluntad.

Pensemos en un niño pequeño, éste tendrá ganas de hacer algunas cosas, de aprender nuevas actividades y en general tendrá curiosidad frente al mundo en el cual se va desenvolviendo. Si pensáramos esto con la óptica de la fuerza de voluntad, podríamos afirmar que en efecto posee dicha fuerza, pero ¿qué sucede a medida que crece el niño y comienza a fracasar en algunas acciones y a medida que algunos actos le producen dolor?, es aquí en donde sus deseos de explorar y conocer comienzan a tener límites. Pensemos por ejemplo, cuando un niño que comienza a caminar se cae fuertemente, es muy probable que deje de intentar caminar durante cierto tiempo, hasta que recupere poco a poco la confianza, podríamos decir entonces, que su fuerza de voluntad, está limitada por el miedo al dolor. Más delante este mismo niño hipotético se enfrentará a cosas cada vez más complejas, que incluyen las interacciones sociales con sus padres, familiares y coetáneos, y ante cada uno de estos eventos el niño tendrá que enfrentar un logro o fracaso, que repercutirá además de en otros ámbitos, en su capacidad para la acción o fuerza de voluntad.

Esto lo podemos entender en un niño que tiene que comenzar a construir su identidad y en quién todo será nuevo, pero qué pasa entonces con un adulto que no puede tomar una decisión determinante en su vida, la cual la ha analizado y meditado muchas veces y que está convencido de que debe tomar dicha decisión y que pese a todos sus esfuerzos, le es imposible llevarla a cabo. Esto es algo muy común en el ser humano, ya sea que se trate de dejar un mal hábito, de terminar con una relación destructiva, el simple hecho de terminar lo que en algún momento se inició o bien de iniciar algo nuevo que requiere de esfuerzo y fuerza de voluntad. Es sorprendente encontrar detrás de la falta de fuerza de voluntad que el adulto al igual que el niño tiene miedos internos, pero éstos son más complicados y de difícil acceso.

Pero, ¿a qué le teme el adulto?, si es que sabe que todo en la toma de decisiones será favorable para su persona y si después de analizar los diversos puntos, pros y contras, sabe conscientemente, qué es lo mejor para él o ella, sólo falta la fuerza de voluntad. Pues bien, si estás viviendo algo como esto, te invito a reflexionar sinceramente en lo que te impide cumplir con tus propósitos, cuál o cuáles son tus miedos profundos, qué involucra el que logres tu objetivo, qué beneficio secundario trae para ti ese mal hábito o el estar fuera del alcance de tu meta.

Muchos pacientes llegan con una demanda muy clara, es decir, saben lo que quieren e incluso han pensado en todas las formas de llevarlo a cabo, pero no están preparados para la acción. Primero hay que comenzar a fortalecer la voluntad para que con el tiempo, incluso sin mucho esfuerzo logren sus objetivos. Seguramente te estarás preguntando, ¿cómo es que se comienza a fortalecer la voluntad? y es aquí en donde encontramos el nudo, ya que: "el que quiere poseer fuerza de voluntad, debe tener fuerza de voluntad para lograr aumentar su fuerza de voluntad".

En primer lugar, para desenredar ese nudo, tenemos que enfrentarnos a nuestras propias emociones, por dolorosas que estas sean debemos sentirlas y dejarles de temer. De esta manera en un nivel inconsciente estaremos perdiendo el miedo al dolor, al sufrimiento, al fracaso, a las cosas nuevas, etcétera, y entonces, como el niño pequeño seremos capaces de enfrentarnos nuevamente a aquello que nos derrotó en el pasado. La fuerza de voluntad existe con naturalidad, nuestro deseo de ser y estar mejor es permanente en un ser humano sano mental y emocionalmente, pero en ocasiones esto se ve opacado por nuestros miedos y nuestro propio conformismo, por nuestra falsa seguridad.

Cuando a alguna persona le es prácticamente imposible ejercer su derecho a la voluntad, es porque se encuentra conforme, es porque su espíritu es esclavo de sus propios miedos. La persona que no se reta a sí mismo, no ejercita su voluntad y por el contrario, quien vence pequeños retos, logrará poco a poco poseer una voluntad inquebrantable. Te invito a tomar esos pequeños retos, puedes comenzar levantándote a la primera señal del despertador, masticando más tiempo tus alimentos o incluso, caminando una cuadra más, no importa que tan pequeño sea el reto, el hecho de vencerlo fortalecerá tu voluntad; si quieres una meta más grande, comienza por lo más sencillo y paso a paso lograrás el éxito en tu gran meta.

Como siempre es un placer escribir y espero te haya gustado este fragmento acerca de la fuerza de voluntad, te invito a seguir haciendo consciencia en uno mismo y en los demás, te invito a compartir el artículo si te agradó, pero sobre todo a mejorar día a día, saludos.



Lic. Psic. Pedro Salvador Cabrera Ramíerez

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