CUENTO PARA NO DORMIR
Narcolepsia era mi diagnóstico, complicada con epilepsia, esa condición en la
que fuera de mi voluntad caía en un aparente trance de muerte, pero que en mi
caso me conectaba con otro mundo, un mundo extraño, un mundo en el que se libraba una
batalla de hechicería y en donde mi misma condición de quedar en ese trance ya
me había costado perder terreno, mi rival frente a mí transmutado en un
humanoide de aspecto tétrico, invisible ante el ojo humano, pero para mi
condición narcoléptica, reluciendo como una espesa columna de negrura demoniaca
y esos ojos amarillos que miraban sin siquiera dirigirlos hacia mí, en mi mundo
humano se hacían todos los esfuerzos por despertarme y me creían víctima de
ataques epilépticos cuando en realidad en el mundo de lo espiritual estaba
siendo atacado fuertemente por ese ser que pretendía mi desaparición a
condición de no estorbarle en sus planes de posesión corpórea, pero esta vez
luché mucho más fuerte, sentí como desde mi pecho emanaban descargas eléctricas
que se sentían al momento que mi cuerpo físico convulsionaba y las dirigía a
ese ser oscuro, logré hacer que retrocediera y en ese momento me oculté detrás
de fuertes colores luminosos que en el mundo espiritual hacen confundir la
ubicación a cualquier hechicero, pero yo me encontraba herido y tras el último
ataque lanzado en contra de ese ser tétrico, mi energía había disminuido
considerablemente, de haber tenido cuerpo, me arrastraría por ayuda pero en ese
mundo etéreo, solo sentía como mi luz interior se apagaba, amenazando mi
existencia y con el riesgo de dejar mi cuerpo humano a merced del hechicero, de
pronto lo comencé a percibir nuevamente, se aproximaba hacia mí con la peor de
las intenciones, su energía de odio y maldición llegaban hacia mí como intensas
oleadas de oscuridad casi audibles, Perservac era su nombre, por fin lo
recordaba y con esa arma en contra suya soltaría un nuevo ataque directo y
certero capaz de enviarlo al inframundo, siempre y cuando tuviera el tiempo
suficiente de recuperar mi condición energética. No obstante, el hechicero se
acercaba rápidamente percibiendo mi escaza energía y decidido, odiando,
maldiciendo y trasgrediendo cualquier ley física y no física, cuando de repente
escuché una voz que repetía mi nombre y sin quererlo y sin poder evitarlo,
regresaba lentamente a la consciencia de mi vida humana, aún en estado
catatónico, luchaba con todas mis fuerzas por permanecer en ese otro mundo pero
inevitablemente me regresaban, -¿Quién es Perservac?, regresa- me gritaban y yo
por no gastar más energía, evitaba articular palabras, aún con una visión
nublada del mundo espiritual, sentí una fuerte sacudida eléctrica que recorrió
toda mi existencia, mi última visión de ese mundo etéreo fue la trasmutación de
los colores, antes brillantes y vivos en unos de carácter sombrío, pero mis
esfuerzos fueron vanos y desperté en el mundo humano; imaginarán la angustia
que sentía de no poder regresar a ese mundo que para mí era más real que el
corpóreo, las preguntas giraban en torno a cómo me encontraba, me aseguraban
que todo era un sueño y que tomara mi medicamento, con algunos golpes por haber
caído en ese estado narcoléptico mientras bajaba las escaleras y con un dolor
terrible en uno de mis brazos que por suerte no se rompió, me decían y
advertían que no tenía que andar solo y por increíble que parezca, nada de eso
me interesaba un ápice, yo como ninguno otro, sabía y valoraba la grandeza de
tener una vida humana, porque recordaba largos siglos de la no existencia y
sabía que todo ello estaba en peligro, mi rival de otros tiempos amenazaba y
quería habitar mi cuerpo, el cual le había quitado yo mismo en derecho a otra
alma nueva que intentaba trascender.
Por la noche al llegar a mi cuarto y una vez que me habían
dejado solo, comencé a percibir el olor fétido que indica la inequívoca
presencia de seres de bajo astral, al instante se inundó la habitación de
insectos y la atmósfera se tornó fúnebre, como cuando en un velorio llora
desgarradoramente el doliente y hasta los espectadores llega ese sentimiento
invasivo y aunque ajeno, imposible de ignorar; perdí por completo mi fuerza y
caí nuevamente, mi consciencia estaba en medio de lo humano y lo no humano, a
lo lejos escuchaba los desgarradores gruñidos de mi rival, sus eternos
conjuros, pronunciados como desde una garganta de animal, mi consciencia era
presa de miedo y mi cuerpo paralizado, lo único que acertaba a sentir era mi energía
disminuyendo, mis latidos cardiacos disminuían a tal grado que sentía cómo esa
vida humana se desvanecía y entonces pude ver a Perservac , esta vez con una
quijada desencajada y con la expresión sombría, intentaba interrumpir mi
conexión con ese cuerpo ya agonizante y noté el gran abismo en sus ojos, antes
amarillos, ahora oscuros y reuní mi último resquicio de energía solo para
pronunciar su nombre, pero me fue imposible, noté como lentamente se apoderaba
de mi cuerpo y como en un ensueño imposible de evitar, caía yo aletargado hacia
el infinito de vacuidad, a lo lejos como una sinfonía orquestada solo con
tambores, escuchaba el cuerpo humano latir y cada vez lo escuchaba más lejano,
mis esperanzas, mi convicción y mi fuerza habían cedido del todo, pero tomando
fuerza de mi voluntad y canalizando mi miedo por el vacío eterno, logré
aferrarme a mi antiguo cuerpo y permanezco desde entonces como un leve murmullo
en el torrente de pensamiento del que en algún momento fuera mi mente, hoy
cuando reúno energía, le grito con fuerza desde el fondo de su inconsciencia “Perservac,
te estaré esperando” y en sus sueños me le presento como la peor de las
pesadillas, trasmuto en seres demoniacos con la intención de desgastar su
voluntad e impedirle el descanso, todo con la intensión de recuperar la dicha
de tener una vida, la dicha de sentir, la dicha de volver a amar y durante el
día le robo su energía y la almaceno para mí, lo confundo en sus ideas y lo
acecho en todo momento, siempre con el ansia de existir. FIN
Lic. Psic. Pedro Salvador Cabrera Ramíerez
Sígueme en este blog y descubre más aplicaciones de la
hipnosis y algunas otras cuestiones sobre psicología,
si tienes algunas dudas o quieres que hable sobre algún tema
en particular, déjame tu comentario y pondré empeño en atenderlo
No hay comentarios.:
Publicar un comentario